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viernes, 14 de noviembre de 2025

Stickers y clings imprimibles con diseños y dibujos navideños 3D























Por fin, madre Gloriosa, llegó el ansiado momento en que disteis a luz al niño más hermoso, sabio y apacible cuya sola presencia, el establo embelleció, Casticismo Patriarca que hallándote a sus pies, celebras en el empíreo con los Hosannas de ángeles, arcángeles y querubes y en toda la orbe cristiana y con el júbilo de millones de fieles que le adoran y cantan Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad, y aún las bestias se acercan lentamente a dar calor con su aliento al desnudo cuerpecito de nuestro redentor.
Suena la aurora del cristianismo, la luz divina que ensalza al débil y oprimido igualando al rico con el mendigo. Oh María; por este feliz momento en que recibiste el homenaje de los humildes; te pedimos con la misma humildad que nos ayudéis a conformarnos con la voluntad de tu Divino Hijo. Amén.
Consagración al Niño Jesús
Oh dulcísimo Niño Jesús, Cordero de Dios, que has venido al mundo a quitar los pecados de las almas.
Aquí nos tenéis. Niñito de Belén, te amamos, te adoramos, queremos aprender tus divinas enseñazas porque Tú eres nuestro modelo y Maestro Nos consagramos a Ti, Divino Niño y te suplicamos humildemente nos enseñes el amor a la inocencia, a la santa pureza y santidad de vuestra vida; enséñanos el amor a la cruz del sufrimiento, a la pobreza y humillación, enséñanos a obedecer a nuestro Dios; a nuestra Madre la Santa Iglesia Católica Apostólica; a nuestros padres a nuestros superiores y a nuestros maestros, para que imitándote en el Pesebre de Belén y en tu vida oculta de Nazaret, te sigamos hasta el Calvario y resucitemos contigo en la gloria, para librarnos del Infierno y amarte, con los Ángeles y Santos para toda la eternidad, en el cielo.

Amén

 

 


 

Stickers y Clings navideños para imprimir 3D













La noche tenía un Cielo brillante. Las estrellas habían salido en alegres grupos para iluminarlo y advertir y precisar ante los habitantes de la tierra que era la víspera de la Navidad, por lo que nadie podía tener amarguras, ni peleas, ni guerras. Se acercaba el Nacimiento de Jesús, la mejor noticia que el Mundo iba a recibir por los siglos de los siglos. Era, en cierta forma, el mensaje de paz que la Madre Naturaleza lanzaba, en una estación invernal, a un mundo convulsionado por las guerras, por los espíritus belicosos, por los hombres que habían olvidado que muy jóvenes, desde su nacimiento, habían creado un núcleo denominado Familia, que con el paso de los años se estaba desintegrando, con lo cual los grandes valores morales y éticos, dolorosamente, se escabullían. También ese Cielo tan preciosamente iluminado quería despertar la conciencia de tantos y tantos jóvenes -hombres y mujeres- sumidos en la más tremenda oscuridad porque una vez, pese a las numerosas advertencias, ingresaron en el mundo de las drogas. Y a muchísimos les costaba salir luego de ellas. Y, generalmente, pasaban a convertirse en delincuentes porque su adicción les obligaba a matar o a robar. El Cielo quería con esa luminosidad indicar el camino para quienes son causantes de las grandes epidemias que, como el Sida, van extendiéndose por el mundo, y señalarles que, con mínimas precauciones, podían evitar su propagación y no seguir siendo la causa de miles y miles de muertes. Quería también el Cielo, rodeado de estrellas que se mantenían firmes y no eran fugaces, dar una luz de esperanza para millones de personas víctimas del racismo y la xenofobia, por el color de su piel, por su procedencia, por su condición económica débil, para que tuvieran un hálito de paz y pensaran que un día no muy lejano serían bien recibidos y desaparecerían todas las persecuciones, los malos y despectivos tratos, las mofas y podrían trabajar y establecerse en países que no eran los suyos para ayudar a crear riquezas y poder subsistir decorosamente. La víspera del Nacimiento del Niño Dios, un Cielo tan resplandeciente, pretendía indicar que todas las religiones eran igualmente respetables y que en nombre de ninguna de ellas se podía incitar al crimen, al terrorismo, a la violencia porque, precisamente Dios, creó al mundo para que la gente se entendiese mediante la palabra. Desde miles de kilómetros de distancia, el Cielo ofrecía a la vista un hermoso panorama, como queriendo decir que iban a desaparecer las desigualdades sociales; que los hombres y mujeres de buena voluntad contarían con los recursos indispensables para su supervivencia y que la pobreza y la miseria pasarían a ser elementos de un lejano pasado. Así se conseguiría que la felicidad fuera la norma general , que ya nadie pasaría hambre, que todos contarían con una vivienda digna, con eficientes sistemas de salud y de educación, sin prejuicios sociales ni discriminaciones. En fin, ese conglomerado de estrellas no se había asomado al Cielo para darle un simple colorido. No. En cada uno de sus reflejos luminosos traía un mensaje específico para que se acabaran las guerras; para que la familia volviera a ser ese gran núcleo compacto donde predominase el diálogo, como símbolo de unidad; para que desapareciesen las pandemias, causantes de tantas muertes; para que no hubiese nunca más las drogas malignas y se eliminaran para siempre las redes de narcotraficantes; para que el blanco, el negro, el amarillo y todas las razas convivieran pacíficamente ayudándose unas a otras; para que todas las religiones se uniesen en un sólo objetivo de ser auténticas guías espirituales y, en su nombre, no volviesen a aparecer vientos bélicos; para que en todo el mundo las divergencias, las diferencias entre los seres humanos encontraran la solución mediante el diálogo. Todo esto lo soñé con una extrema felicidad, con el orgullo de pertenecer a una raza humana que había encontrado, sin vacilaciones, por fin, el camino amplio de la confraternización; el Cielo parecía decirme: "goza bien de esta noche, que a lo mejor nunca se repetirá. Pero cuando despiertes trata de convertirte en una adalid de las buenas y nobles causas. Debes formar causa común con tu familia, con tus amigos, para que todos, como una sola persona, procuren hacer el bien". Pero, desafortunadamente todo era un sueño. Tuve que despertar y encontrarme con la realidad, con esa cruda realidad, que muchas veces, con gesto dolorido, remueve las entrañas ante tantos hechos dolorosos, tristes, injustos y amargos que se viven a diario Durante la noche la lluvia y la nieve se habían entremezclado y el Cielo había estado permanentemente a oscuras. Mi mente había ideado un mundo digno. Un mundo construido para el ser humano. Un mundo, sin embargo, destruido por el propio ser humano, debido a su egoísmo, a no saber alejar de su corazón las malas obras y la cizaña y por tener abierta su mente y su pensamiento para el mal cerrándole todas sus puertas al bien.

Guillermo Piedrabita


 

 




 

miércoles, 12 de noviembre de 2025

Todo para Navidad XI Set ilustraciones para diseño Alfa números símbolos navideños

 

















































Tuve un sueño José, y realmente no lo puedo comprender, pero creo que se trataba del nacimiento de nuestro hijo. La gente estaba haciendo los preparativos con seis semanas de anticipación, decoraban las casas, compraban ropa nueva, salían de compras muchas veces y adquirían elaborados regalos. Era un tanto extraño, ya que los regalos no eran para nuestro hijo; los envolvían en vistosos papeles y los ataban con preciosos monos, y todo lo colocaban debajo de un árbol. Sí, un árbol José, adentro de sus casas; esta gente había decorado el árbol y las ramas estaban llenas de adornos brillantes y había una figura en lo alto del árbol, me pareció que era un ángel, era realmente hermoso. Luego vi una mesa espléndidamente servida, con platillos deliciosos y muchos vinos, todo se veía exquisito y todos estaban contentos, pero no estábamos invitados. Toda la gente se veía feliz, sonriente y emocionada por lo regalos que se intercambiaban unos con otros, pero ¿sabes José?, no quedaba ningún regalo para nuestro hijo; me daba la impresión de que nadie lo conocía, porque nunca mencionaron su nombre. ¿No te parece extraño que la gente trabaje y gaste tanto en los preparativos para celebrar el cumpleaños de alguien a quien ni siquiera mencionan y que da la impresión de que no lo conocen? Tuve la extraña sensación de que si nuestro hijo hubiera entrado a esos hogares para la celebración, hubiera sido solamente un intruso. Todo se veía tan hermoso y la gente se veía feliz, pero yo sentía enormes deseos de llorar, porque nuestro hijo era ignorado por casi toda esa gente que lo celebraba. Qué tristeza para JESÚS, no ser deseado en su propia fiesta de cumpleaños. Estoy contenta porque sólo fue un sueño, pero qué terrible seria si esto se convierte en realidad